Daily Devotionals

March 02

Separados para Él

Kenneth Copeland
¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?

El ayuno al que Dios se refiere en este versículo no se relaciona mucho con el simple hecho de no comer. Éste es un estilo de vida. Es un compromiso que expresa: Rompo toda impiedad en mi vida. No participaré más de las cosas de este mundo, las cuales me han mantenido atado. Apagaré la televisión, y escucharé prédicas. Dejaré a un lado el periódico, y leeré mi Biblia. En lugar de sentarme a la mesa, doblaré mis rodillas y oraré hasta que el pecado se extinga en mí. Estoy cien por ciento comprometido con Jesús. Entonces, al ser libre; intercederé por otros, a fin de que ellos ¡también puedan ser libres! ¿Qué hará ese tipo de ayuno por usted? Lo sanará, permitirá que la luz de Dios brille en usted y provocará que la gloria del Señor lo cubra por completo. Según las palabras de Isaías, éste causará que usted sea: «…como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan» (Isaías 58:11). Si desea ver un ejemplo de la clase de gloria que acompaña este estilo de vida, observe la vida de Jesús. Él, guiado por el Espíritu, permaneció en el desierto durante 40 días. Mientras estuvo allí, Él ayunó, oró e intercedió de la manera que Isaías lo describe. Sabemos que Él lo hizo porque en Isaías 59, se nos explica que cuando Dios no encontró a ninguno que intercediera de esa manera, mandó su brazo. En otras palabras, Él envió a Jesús. Cuando Jesús dejó ese lugar de ayuno, Su ministerio surgió con gran poder. ¿Cómo era ese poder? Desde un punto de vista terrenal, se manifestaba cuando las personas eran sanadas de enfermedades y dolencias, levantadas de la muerte y sus necesidades eran suplidas de manera sobrenatural. Pero en el mundo espiritual era como una represa rota, de la cual fluía el poder espiritual que había sido liberado. En este momento, Dios está llamando a Su Iglesia a realizar el mismo tipo de ayuno que Jesús llevó a cabo; nos está llamando a un ayuno que nos separe para Él. Con el cual tendremos tanta hambre por conocerlo y andar en Su Espíritu que no nos sentiremos satisfechos, sino hasta el día en el que seamos raptados. No espere más, responda a ese llamado ahora mismo. Doble sus rodillas y declare: Señor cumpliré lo que Tú desees. Llevaré a cabo el plan que Tú diseñaste para mí. No importa qué deba realizar. Deseo qué el río de Tu Espíritu fluya a través de mí. Para los oídos del cielo, esa oración suena como una sinfonía de triunfo; no obstante, para el infierno es como un poderoso estruendo de agua ?un ensordecedor anuncio de que, a pesar de los esfuerzos del diablo, la represa se ha roto y el fluir se acerca?. Números 9-10; Juan 2 Vivo separado para Dios, y soy como un huerto de riego y manantial de agua, cuyas aguas nunca faltan (Isaías 58:11).

Scripture Study: Mateo 4:1-11


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